Un sentido reconocimiento a todos nuestros bisabuelos, bisabuelas, abuelos, abuelas, madres y padres. A los que sacrificaron sus vidas para que nosotros pudiéramos tener una mejor.
¡Ellos son las víctimas de todo esto!
Dice la Real Academia de la Lengua Española que víctima es aquella persona que ha padecido daño o han encontrado la muerte por causa ajena o fortuita. Y no podría estar más de acuerdo con una acepción, que en este caso.
Imaginaos entonces qué ocurre cuando el corazón que bombea sangre a las futuras generaciones de un país deja de latir.
Si no cuidamos aquellos que han sido y son el motor generacional de una nación, no carburaremos, nunca llegaremos a un lugar idóneo para el crecimiento de la economía, y con ello, de la razón social que la forja.
Todo ello supone que se vea afectado el desarrollo de un país y a las instituciones que lo representan.
A mí me enseñaron en mi casa que los políticos son aquellos que dan ejemplo y que sirven al pueblo que los ha elegido libremente en las urnas. Y yo me pregunto: ¿En qué lugar se encuentran los representantes públicos de este país?
Yo sé lo diré se han convertido en VERDUGOS. Aquellos que maltratan y torturan a los demás.
Los fundamentos que apoyan mi diagnóstico son los siguientes:
Los asesinos viven en libertad mientras los que se sienten prisioneros en su propia comunidad son los inocentes. Los jueces no imparten justicia, sino que se doblegan contradictoriamente frente a las leyes que ellos mismos juraron aplicar fielmente. Los políticos no sirven a los ciudadanos, al contrario, vejan con sus decisiones a los contribuyentes que los votaron.
¿Acaso el gasto irreverente en campañas electorales, cargos gubernamentales a dedo sin conocer los méritos que los preceden, gobernantes convertidos en estrellas de rock y el estado maniatado por repetición inaudita de elecciones sin llegar a acuerdos no son suficientes contingencias?
Ya conocéis quienes son las víctimas y quienes sus verdugos, de nosotros depende el cambio en esta tragedia griega que estamos representando.