¿Quien no ha tenido un héroe favorito de niño? ¿Quien no ha querido serlo en algún momento a lo largo de su vida?
Existen héroes anónimos, mi querida y admirada Zulima es uno de ellos.
No llevan capa al viento, ni poderes sobrenaturales y ni tan siguiera un uniforme que los ornamente. Su magia reside en su fuerza de voluntad, su tesón, su dignidad y su amor hacia los que sufren su misma enfermedad (Hipertensión Intracraneal Idiopática) y están perdidos en la detención, conocimientos y sintomatología.
Ella es lo mejor de mi, como digo siempre ; “Da un sentido a mi vida que nunca imagine y soñé”
Desde que conocí a esta heroína me ocurre algo maravilloso sueño con dar cura a través de la investigación a su enfermedad.
Se que puede pareceros la ensoñación de un ingenuo que cree en películas de superhéroes.
Ahora parad y dedicad un segundo a cuestionaros.
¿Pensad que sería de este planeta sin la existencia de esos héroes que no poseen ni capa con la que volar, ni poderes divinos que utilizar?