El otro leí a una gran amiga, mi querida Mireia, que escribía lo siguiente:
La sociedad condiciona las mentes para que podamos encajar en el orden vigente. No busca individuos pensantes, sino individuos obedientes. Nos alecciona para que creamos que si hacemos ciertas cosas alcanzaremos la felicidad. Hace falta tener coraje, determinación persistencia y paciencia para poder salir de estos modelos tan rígidos y limitantes, creando así una vida a tu manera que realmente te haga vibrar.
Pues por eso sigo queriendo ser diferente en un mundo que pretende que seamos todos iguales. Yo creo mucho en MI. Siempre lo he hecho. Quien da a otro siempre estará benditamente destinado al éxito.
Ahora bien. Lo sé -soy consciente de ello-, ser independiente, poseer personalidad e intentar ser fuente de inspiración es lo más difícil, complicado y bello que uno puede legar a la vida que le ha sido concedida.
Una última cosa: no os dejéis encorsetarlo.