FE

La Fe es creer cuando ya nadie cree. La Fe es Amor. El mayor acto de Fe lo hizo el propio Jesucristo por nosotros, por aquellos que nos consideramos católicos. Dio su vida en la cruz para salvarnos a nosotros. Eso es llevar el amor a un semejante hasta cuotas insospechadas. Ahora, en esta sociedad, sería impensable.

Fe es amar sin esperar una contrapartida a cambio. No se puede explicar. Es un sentimiento, una emoción que recorre tu cuerpo, como si de sangre se tratara. Si buscáis una explicación racional al respecto, dejad de hacerlo. Porque no la hay.

Se escapa a la compresión, os lo digo de verdad.

Ahora bien. Es normal que se haya perdido la Fe en los seres humanos y en el mundo en el que habitamos. El mundo no nos da muchas razones para creer en él. Lo entiendo. No voy a discutir la mayor parte. Pero yo me pregunto: ¿Qué tipo de personas seríamos si abandonásemos a su suerte el destino de este planeta en el que hemos nacido, crecido y, finalmente, muerto?

No hace falta que contestéis ahora. Reflexionad, meditad y recapacitad. Tomaos vuestro tiempo. No hay prisa. Lo digo de corazón. El mejor tiempo invertido es en uno mismo y en su desarrollo personal. Solo os robo unos segundos más. Y quiero que me respondáis con franqueza, honradez y dignidad. Si no creéis en algo o en alguien, es decir, si no amáis a algo o a alguien en la vida que se os ha sido concedida,

 ¿Qué sentido tiene vuestra existencia?

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