De las situaciones más terribles es donde uno saca las lecciones más bellas.
Disfrutar de este maravilloso viaje que es la vida; es tan corto, que cuando menos te lo esperas se te escapa de entre los dedos. Y a ciencia cierta, os digo que es una de las enseñanzas que saco de esta pandemia. Exprimir, estrujar y experimentar cada momento e ínstate que la componen.
Hemos perdido a tanta gente por el camino que sería delito no vivir intensamente.
Recuerdo que alguien me pregunto en uno ocasión; ¿ cuál es el sentimiento que a uno lo invade cuando pierde a un ser querido?
Yo conteste; muy sencillo, te arranca un trozo de corazón y se lo lleva con él.
¡Jamás nos van a devolver a los que se marcharon! Pero sí que podemos honrarles con una existencia plena. Debería ser una asignatura obligatoria para que te otorgaran el título de persona.
Nadie debería dejar este mundo sin amor y sin paz. Así que recordad lo mejor de ellos, para construir un futuro mejor.
¡Y no dejéis de soñar, de amar y de sonreír!