CONCIENCIA

¿Quién no ha pensado alguna vez si existen las casualidades en la vida?
¿Si aquello que nos ocurre tiene un porque ?
¿O nuestro destino está escrito en el algún renglón torcido?
Y es verdad, no siempre se encuentra respuesta para todos estos interrogantes. Ahora bien, el simple hecho de preguntárselo advierte de la categoría humana del que se lo cuestiona.
Denota la presencia de conciencia. Tan denostada, desaparecida y desconocida en nuestra moderna sociedad.
Reflexionar, meditar, considerar, deliberar, advertir y observar son los cimentos sobre los que sustentar su hogar. Lo sé. No es sencillo. Pero es que las cosas importantes de la vida nunca lo son.
Haced un profundo ejercicio de introversión y miraos. Y entonces comenzaréis nunca mejor dicho a tomar conciencia de donde estuvisteis, donde estáis y donde os gustaría llegar.
No estamos respondiendo a las expectativas creadas por las especies que dieron su vida por nosotros. Ellos se sacrificaron para forjar un “ser superior” que poseyera conocimiento de su existencia, de sus estados de ánimo, de sus comportamientos y de sus actos.
La dignidad, integridad, moralidad y ética son el paracaídas de nuestro pasado, con el cual sobrevolar el presente y paliar la caída de una esperanza futura.

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