Una vez alguien me pregunto qué significaba la música en mi vida.
La música es como las personas. Las hay tristes y alegres, desesperantes y desesperadas. Las hay complejas y las hay sin complejos. Las hay que te llegan hondo, esas que echan el ancla en tu alma, e incansables, de las que se te tatúan en tu piel a base de escucharte con tremenda existencia. También las que enamoran o las que odias por lo que supusieron en una vida anterior. Las que nacieron tras una borrachera o del silencio de una iglesia. Las hay que envidias nos haberlas escrito y tocado. Y, al contrario, las que te arrepientes de que el destino pusiera en tus dedos. Y, por último, las hay que te acompañarán siempre en este maravilloso, irrepetible, inolvidable y único viaje que es la vida.
Os deseos que escribáis a muchas de esas personas. Las que siempre estarán, quedarán y permanecerán. Y recordad en esta vida a quienes de verdad suenan y tienen luz propia: los seres humanos.